Los padres de Tomás insistían en recuperar al estúpido de su hijo.
Pensaban que aún podrían hacerlo desistir de su adicción si los
programadores revertían el proceso. El nuevo videojuego incluía una
innovadora herramienta que estaba volviendo loco a los jugadores.
Y ahora lo veían moverse dentro de la pantalla disparando a diestro y siniestro.
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