Cuando se ausentaba de casa no lo hacía por mucho tiempo, aunque tampoco
advertía su regreso hallándose la vivienda tan próxima a la mía. Mi
inquilino era un tipo extraño pero formal. Pagaba puntualmente y esto
era lo único que debía importarme. Hasta aquel día en que escuché la
puerta abrirse. Por la mirilla pude ver que entraba en el piso cerrando a
continuación. Salí para decirle que necesitaba hacer unas pequeñas
reparaciones allí y llamé. No contestó. Pensé que algo le habría
ocurrido y utilicé mi llave. Dentro no había nadie porque revisé hasta
bajo la cama…
El alquiler se sigue pagando a tiempo.
El alquiler se sigue pagando a tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario