lunes, 15 de abril de 2019

El inquilino

Cuando se ausentaba de casa no lo hacía por mucho tiempo, aunque tampoco advertía su regreso hallándose la vivienda tan próxima a la mía. Mi inquilino era un tipo extraño pero formal. Pagaba puntualmente y esto era lo único que debía importarme. Hasta aquel día en que escuché la puerta abrirse. Por la mirilla pude ver que entraba en el piso cerrando a continuación. Salí para decirle que necesitaba hacer unas pequeñas reparaciones allí y llamé. No contestó. Pensé que algo le habría ocurrido y utilicé mi llave. Dentro no había nadie porque revisé hasta bajo la cama…
El alquiler se sigue pagando a tiempo.

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