jueves, 23 de octubre de 2014

Secuestro

Se ovilla sobre las baldosas frías y comienza a temblar. Quizá el sótano no sea el sitio más acogedor y, sin embargo, deberá quedarse ahí hasta que podamos averiguar algo. No podríamos tenerlo dando vueltas por la casa, menos aún por el jardín.

Lo encontramos hace una hora en mitad del campo, al caer la tarde, y caminaba con dificultad. Nos pareció que debíamos darle cobijo y alimento. Pero, realmente, no sabíamos qué podría comer. Tal vez, comida como la nuestra, o quizá comida para perros, para gatos, para pájaros,... ¿Qué diablos comería un alienígena?

No hay comentarios:

Publicar un comentario