Mucho
me temo que vienen a rescatarme; ¡ya
que la tenía en el bote!... Pero si por algo tengo que dar gracias a
la vida es por haberme topado con ella, la que todo lo perdona. Hace
un buen rato la dejé charlando animadamente
con sus amigas. No obstante, por el rabillo del ojo sé que ella me
vio marchar rodeado de los míos, aunque de estos pude desembarazarme
a tiempo para dirigirme hacia aquella impresionante mujer que se
hallaba sola. Al poco estábamos riendo, pasándolo francamente bien.
Y poco después vi acercarse a mi querida esposa.
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