miércoles, 29 de agosto de 2018

Traslado forzoso

(Micro de junio del 15)

Salió, sigilosa, a estirar las piernas. Estar tanto tiempo en cuclillas se las había adormilado, con ese cosquilleo tan desagradable que se siente mientras dura. El niño, al fin, cayó rendido y parecía estar soñando algo divertido, a tenor de la sonrisa en su cara. Que descansara, porque mañana les esperaba un largo día de viaje. Aquella tarde anunciaron por la megafonía del campo que todas las mujeres y niños serían trasladados a Mauthausen.

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