lunes, 16 de marzo de 2020

¿Dónde está la maldita llave fija?

Tardaría en encontrar la llave que necesitaba. Era la diez once, de la que siempre se dice que se pierde. Rebuscó bien en el cajón de las herramientas. El tiempo pasaba. No podía llamar a la grúa y estaba en una carretera solitaria. Si no daba con ella no podría volver a poner en marcha el vehículo, perdiendo la ocasión de llegar a la entrevista de trabajo que necesitaba. Ahora se arrepentía de haber dejado jugar a su pequeño con aquel cajón.

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